La enfermedad, conocida también como coqueluche, afecta principalmente a bebés y niños pequeños. Los especialistas señalan que el escenario está directamente vinculado a la caída en los niveles de vacunación infantil y a la baja adhesión de embarazadas a la dosis obligatoria que inmuniza a los menores de dos meses, quienes aún no pueden recibir vacunas propias.
El incremento de contagios genera preocupación entre los equipos de salud. La reducción sostenida en la cobertura del calendario obligatorio dejó a miles de chicos sin la protección necesaria. Incluso se han registrado casos de madres que rechazan la vacunación en el momento del parto, lo que obligó a las autoridades sanitarias a implementar protocolos específicos para el seguimiento de esos recién nacidos.
Profesionales de distintas instituciones advierten que la difusión de desinformación en redes sociales contribuye al fenómeno, al poner en discusión vacunas con larga trayectoria de seguridad y eficacia comprobada.
Las vacunas contra la tos convulsa forman parte del calendario nacional y son gratuitas. El esquema incluye:
Bebés: dosis a los 2, 4 y 6 meses.
Refuerzos: 18 meses, 5 años e ingreso escolar.
Adolescentes: refuerzo a los 11 años.
Embarazadas: triple bacteriana acelular desde la semana 20.
Adultos y personal de salud: refuerzo para quienes conviven con recién nacidos o trabajan con menores de 13 meses.
Los médicos recomiendan consultar de inmediato ante tos persistente, vómitos después de toser, episodios de apnea, coloración azulada o dificultad respiratoria, especialmente en menores de seis meses.