El caso de Gustavo Ibarra, el oficial de 39 años que desapareció tras un choque entre embarcaciones en el río Paraná, mantiene en vilo a su familia y a los equipos de rescate. Una semana después del siniestro, no hay indicios sobre su paradero ni sobre la lancha en la que navegaba al momento del impacto.

Carina, hermana del policía, volvió a manifestar la preocupación que atraviesan desde el día del accidente. Señaló que la incertidumbre se vuelve más dolorosa con el correr de las horas y pidió que el operativo se intensifique con mayores recursos tecnológicos y humanos. “No hay rastros de nada. No podemos quedarnos esperando”, expresó, remarcando que la embarcación de Ibarra se habría hundido de inmediato según el único testimonio disponible.

Los familiares participan activamente de los rastrillajes, utilizando su propio bote para recorrer la zona. Sin embargo, cuestionan que Prefectura no haya incorporado buzos ni equipos como drones o sensores subacuáticos, herramientas que —aseguran— podrían resultar determinantes para avanzar en la investigación.

La única testigo del choque es la mujer que acompañaba al oficial. Declaró que logró volver a la superficie por sus propios medios, pero que desde ese momento no volvió a ver a Ibarra. Con el correr de los días y sin nuevas pistas, la familia insiste en que es indispensable reforzar el dispositivo de búsqueda para esclarecer lo ocurrido.