Aún convaleciente por la herida de bala que recibió en el pie, Mariela —una oficial de policía que realizaba adicionales en el boliche Mora de Capitán Bermúdez— rompió el silencio y apuntó directamente contra los propietarios del local, a quienes acusó de estar al tanto del violento ataque registrado el pasado fin de semana. En el hecho también resultaron heridos un agente del GOT y un paramédico.

“Nos ca..ban a tiros y los dueños del boliche estaban encerrados en la oficina mirando por las cámaras. No salieron ni a ver si estábamos vivos”, expresó la oficial, visiblemente indignada, en diálogo con Telefe Rosario. Según su testimonio, la balacera no fue un hecho aislado, sino la continuación de un conflicto previo ocurrido dentro del mismo local quince días atrás.

“Esto viene por una pelea anterior. A uno de los pibes le robaron la cadena de oro y gritó que iba a ser un ‘Cromañón’…”, relató Mariela. Según denunció, el joven —al que identificó como “Pocholo”, integrante de la banda “Los Menores”— mantiene vínculos con los dueños del boliche. “Una vez no lo quisimos dejar entrar y vinieron los dueños y lo hicieron pasar igual. Siempre les hacen caso a ellos, no a nosotros”, agregó.

El ataque ocurrió cuando dos personas encapuchadas aparecieron desde una esquina y abrieron fuego contra quienes estaban en la vereda. “Se asoman desde La Pampa y empiezan a tirar. Uno de los tiros me pega en el pie, no me pude levantar y ahí comenzó el griterío”, recordó Mariela.

La oficial también denunció irregularidades en el entorno del boliche la noche del ataque. “Había dos chatas cruzadas frente al boliche, eso nunca pasa. Siempre despejamos el paso. Creo que los dueños sabían que algo iba a pasar”, señaló.

No se trata del primer hecho violento vinculado al boliche Mora. En enero de 2023, un joven rosarino fue baleado en la puerta del local. Y en abril del mismo año, una moto disparó contra el ingreso y dos policías que hacían adicionales resultaron heridos.

Mariela pidió que la Justicia investigue a fondo y ponga fin a la impunidad. “No es la primera vez. Los dueños saben todo lo que pasa y por qué pasa. Mientras nos arriesgamos afuera, ellos se esconden”, concluyó.