El Ministerio de Justicia y Seguridad de Santa Fe emitió nuevas resoluciones en el marco del programa de recompensas para colaborar con la búsqueda de tres prófugos acusados de narcotráfico. Entre ellos, se destacan Brian Walter Bilbao y Waldo Alexis Bilbao, dos hermanos rosarinos sindicados como líderes de una organización criminal que fue parcialmente desarticulada en octubre de 2023 durante el operativo “Cosecha Blanca”.
Ambos están señalados como responsables de una red de contrabando aéreo de cocaína, que operaba desde una pista privada en el campo de golf Campo Timbó, en la localidad de Oliveros. Ese sitio fue allanado por Gendarmería Nacional en simultáneo con el despliegue del operativo que dejó múltiples detenidos, aunque los cabecillas lograron escapar.
El Estado ofrece hasta 40 millones de pesos por cada uno de los hermanos Bilbao. El monto puede ser dividido entre quienes aporten información relevante. Las denuncias pueden realizarse ante las fiscalías federales de Rosario, Santa Fe o sus sedes descentralizadas en San Lorenzo, Rafaela, Reconquista, San Nicolás y Venado Tuerto, con garantía de confidencialidad para los informantes.
La causa generó un fuerte impacto en la región por el nivel de sofisticación de la organización. La investigación reveló que la banda utilizaba avionetas para trasladar droga desde Bolivia hacia Santa Fe, operando en campos ubicados en localidades como Carrizales. También habrían montado empresas de fachada para lavado de activos, según detallaron los fiscales del caso.
Uno de los últimos detenidos fue Pablo Raynaud, dueño de un campo en el que se halló una de las aeronaves utilizadas. Sin embargo, los líderes aún continúan prófugos. En el ambiente narco, Brian Bilbao es conocido por los apodos “El Innombrable”, “Negro” y “Patoruzek”, lo que refleja el temor e influencia que aún conserva en el circuito delictivo.
Además del caso Bilbao, el Ministerio activó una recompensa de 35 millones de pesos por información sobre Vicente Matías Pignata, otro narco santafesino con pedido de captura internacional desde 2019. Estuvo radicado en el country El Paso de Santo Tomé y luego se trasladó a una finca en Bowen, Mendoza, donde se le perdió el rastro. Aunque su rostro figura en los registros oficiales, aún no ha sido localizado.