Los grilletes suelen ser utilizados como dispositivos de inmovilización. “Cuando un prisionero es considerado especialmente peligroso, los grilletes son más bien parecidos a un par de esposas, pero en lugar de éstas últimas, se aplican a los tobillos, y poseen una cadena más larga. La cadena que conecta un grillete con otro se puede unir también con la cadena de las esposas por medio de una cadena de unión, esto para levantar la cadena de los grilletes y evitar que el prisionero tropiece por una cadena atorada durante su andar”.Los seres humanos hemos sido diseñados para transitar nuestra vida en libertad. Sin embargo, cuando se cometen delitos, se establece una pena y se envía a prisión a aquel que cometió el mismo (Sistema de Justicia). Así como el cuerpo debe permanecer cumpliendo condena, también nuestra alma y espíritu, a través de ciertas experiencias que condicionan nuestra libertad, nos introducen en “prisiones” de manera casi inadvertida. Lo cierto es que, entregamos nuestra libertad para elegir modos de esclavitud que nos dominen. De tal modo, nos convertimos en esclavos del temor, la ansiedad, la amargura, la tristeza, la depresión y otras emociones negativas que funcionan como “grilletes” que nos impiden avanzar. Figurativamente, sería como si nuestra alma y espíritu quedarían atrapados e inmovilizados.La situación que nos ha introducido en esas cárceles emocionales nos sitúa, a renglón seguido, en valles de desolación y desesperación donde los gritos de auxilio son silenciados con sonido mudo. En este estadio la toma de decisiones será trascendental. De acuerdo a la actitud que se tome, se tornará más despejado el cielo gris hasta llegar al día radiante.Lo alentador es saber que esas prisiones tienen tiempo de cumplimiento de condena. En otras palabras, cumplen un ciclo y se puede lograr la libertad si se toman buenas decisiones. ¿Cuáles son consideradas “buenas decisiones”?El ser humano es tripartita, es decir que posee cuerpo, alma y espíritu. Si bien los intelectuales han puesto en tela de juicio esta constitución del ser a lo largo de la historia, partimos de la base que pensamos, sentimos emociones y experimentamos sensaciones a través del cuerpo. Las facultades humanas del intelecto, la psicomotricidad, la afectividad, la volición y la espiritualidad del ser humano, distancian cada vez más la idea de un ser humano sólo corpóreo; por lo tanto los seres humanos debemos cuidar y alimentar cada parte que nos completa como tales.Avanzar en la vida es entre otras cosas “crecer”. El crecimiento corpóreo se da naturalmente por recibir alimentación. Si una persona nutre su cuerpo, crece fuerte y sano. Evidentemente, si para crecer se precisa alimentarse a nivel biológico, a nivel alma y espíritu, sucede exactamente lo mismo.¿Cómo se alimentan las emociones?, ¿Cómo se alimenta el espíritu?Algunos profesionales de la salud, a modo de chiste expresan que el “cerebro” es un órgano “bobo”; es decir, que se cree todo lo que le dicen. Si el cerebro entiende a través de las palabras que algo va a “salir bien”, se lo cree y lo dicho es hecho. La importancia de lo que decimos (pensamos) es fundamental para un desarrollo sano de las emociones. Pensar positivamente no es caer en la inocencia un optimismo infantil, es generar la disposición a nivel cerebral para favorecer lo que nos acontecerá. La realidad, entonces es una construcción. Los pensamientos que surjan deben ser cuidadosamente supervisados para no caer en las trampas del pesimismo destructivo.El espíritu también se alimenta para crecer.En cierta ocasión un maestro les preguntó a unos hombres: “En una lucha entre un perro negro y un perro blanco, ¿cuál ganará?. Inmediatamente le respondieron: el perro negro. El maestro negó con su cabeza y dijo: vencerá el que esté mejor alimentado”.¿De qué se alimenta el espíritu para ser fortalecido? Los seres humanos no fueron creados para hacer “lo malo”, eligieron a posteriori “hacer lo malo”, pero en el plan original fueron diseñados para lo bueno. Cuando surgen situaciones conflictivas que atentan contra la integridad de los semejantes, los hombres y mujeres quieren ayudar, mostrando solidaridad, comprensión, sensibilidad. En tragedias ocurridas en el mundo, siempre se ve al ser humano luchando para ayudar a su semejante. Ese es el sentimiento original, el AMOR al prójimo. Sin embargo, muchos hombres y mujeres se corrompen y buscan hacer lo malo al prójimo, pues bien; corrompiéndose no alimentan su espíritu, lo desnutren, destruyen y lastiman. Buscar lo bueno, es alimentar el espíritu. Por otra parte, el Espíritu del Creador es alimento y fortaleza para los que le creen y lo buscan.En una sociedad fatalizada con estrés es casi “causa-efecto” esperar que los grilletes aprisionen y coarten la libertad en las personas. Sin embargo, no hay que quedarse allí, es necesario asumir responsabilidades por la propia vida y decidir firmemente salir a un lugar “espacioso” donde todos los grilletes sean rotos y se puedan alzar los brazos con libertad para poder seguir avanzando y creciendo en cada aspecto personal. Aceptar el desafío de ser libres cada día se logra con actitud determinada. Por ello es tan importante revisar nuestras actitudes y la determinación de alimentarnos de manera integral.Lorena Leiva
Prof. en Ciencias de la Educación