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12 de Octubre: El encuentro con el otro
Se conmemora el Día del Respeto a la Diversidad Cultural. Un día como hoy, en 1492, se inicia un gran cambio en la historia.
Editorial | 12/10/2020
Por Mariano Montovani
12 de Octubre. Día del Respeto a la Diversidad Cultural en Argentina. Antes conocido como Día de la Raza, nombre que aún se conserva en algunos países, aunque otros lo llaman de formas diferentes, por ejemplo Día del Encuentro de Dos Mundos, en Chile y Perú, Día de la Resistencia Indígena, en Nicaragua y Venezuela, Columbus Day, en Estados Unidos, y si cruzamos el continente, en España se lo conoce como el Día de la Hispanidad. En este día se recuerda el arribo de Cristobal Colón a lo que hoy conocemos como continente americano, el 12 de Octubre de 1492, produciendo (sin saberlo) el inicio de un gran cambio histórico. Pero ¿cómo se llega a ese momento, casi accidental?
Para empezar a comprender el tema debemos remontarnos casi medio siglo atrás, cuando en 1453 los turcos otomanos tomaron Constantinopla (actual Estambul, en Turquía), produciéndose la caída del Imperio Romano de Oriente, este hecho produjo un enorme cambio también en las rutas de navegación y comercio. A partir de ahora, el Mar Mediterraneo, principal ruta comercial entre Europa y Asia quedaba en manos de los turcos, quienes cobraban peajes o directamente bloqueaban el paso de los europeos que comerciaban con el continente asiatico. De esta manera, las potencias europeas se vieron obligadas a buscar nuevas rutas.
En este nuevo panorama se da la expansión ultramarina europea. España y Portugal en un primer momento, y luego, Inglaterra, Holanda, Francia, entre otras naciones europeas participaron de esta búsqueda imparable por conquistar territorios y recursos para su explotación. Esto fue posible debido a los avances científicos y las nuevas técnicas de navegación. Portugal se lanzó a navegar bordeando el continente africano con la idea de llegar al extremo sur del mismo y desde allí enfilar hacia el continente asiático. El caso de la Corona española fue diferente, y fue un navegante genovés llamado Cristobal Colón quien luego de presentar un proyecto en varios lugares consiguió la aprobación y la financiación del mismo.
El proyecto de Colón iba de la mano a los avances científicos de la época, ya se estaba abandonando la idea de la Tierra plana, de que si se avanzaba mucho hacia lo desconocido se llegaba al final del mundo y el barco podía caerse del mapa. Entonces Colón, basandose en las cartas de navegación de Marco Polo, realizó un cálculo (errado, pero eso se supo después) y afirmó que la distancia entre Europa y Asia no era tan larga, y que navegando hacia el Oeste podría llegarse sin problemas al continente asiatico. Este primero fue rechazado en Portugal, luego rechazado en Castilla, para luego de años ser aceptado. En el transcurso de ese tiempo, el marinero portugués Bartolomé Días consiguió doblar el cabo de Buena Esperanza, por lo que la ruta hacia Asia la tenían despejada, objetivo principal de la marina lusa, haciendo que el proyecto colombino perdiese el poco interés que pudiese tener. Con todo dado, el 17 de abril de 1492 se firmaron las capitulaciones de Santa Fe que concedieron a Colón el título de almirante de la expedición, el de virrey de la tierra que conquistara y el diez por ciento de las riquezas que pudiera llevar a Castilla.
Si nos extendemos desde nuestra región hacia arriba en el mapa, el imperio Mexica y los mayas en la zona conocida como Mesoamérica, y el imperio Inca en la región andina, eran las más importantes y conocidas de una larga lista de comunidades, grupos, tribus, bandas, más o menos jerarquizadas y con distintos tipos de relaciones entre ellos, dentro y fuera de los grupos, con un amplio conocimiento del espacio, de los recursos, y de la espiritualidad, producto de siglos de aprendizaje, domesticación del espacio, y constante crecimiento, que llevaron a los habitantes americanos prehispánicos a desarrollarse en innumerables áreas, muchas de ellas completamente perdidas luego de la llegada de los europeos, y aun hoy desconocidas. Desarrollaron actividades económicas, políticas, religiosas, y estrategias culturales que les permitieron aprender, crecer y sacar provecho de los recursos.
Reforzando lo dicho, el historiador Raúl Mandrini define a nuestro continente como “Un mundo en Movimiento”, al momento de la llegada española, describiendo una gran variedad de modos de vida, desde los cazadores-recolectores, y pescadores de Salmon de las tierras del norte, pasando por los grandes imperios anteriormente nombrados, hasta llegar a las tribus ribereñas y canoeras que habitaban nuestra región.
Este era el panorama existente cuando el 12 de octubre de 1492, Cristóbal Colón y sus hombres desembarcaron en el islote de Guanahaní (actuales Bahamas), al que Colón llamó San Salvador. A partir de ese momento, sin saberlo (Colon siempre pensó que esas islas a las cuales había llegado eran parte de Asia, y su voluntad siempre fue la de “descubrir” y no de conquistar) comenzaría un proceso, que cambiaría radicalmente a nuestro continente.
Suele discutirse si es correcto continuar empleando el término “descubrimiento” de América, hoy reemplazado por los términos “conquista” e “invasión”, con la justificación de que en América existían civilizaciones, y que el continente fue invadido y saqueado. Pero el uso del término “descubrimiento” no es incorrecto, ya que hubo un descubrimiento mutuo. Por un lado los europeos llegaron e incorporaron a su mapa del mundo tierras cuya existencia desconocían, conocieron culturas y habitantes con un avance cognitivo que a la vista del europeo parecía imposible de encontrar en lugares tan lejanos –el imperio mexica, junto a sus etnias relacionadas, alcanzaba alrededor de veinticinco millones de habitantes, y la ciudad de Tenochtitlan, con su gran pirámide que hacía las veces de templo central, era una de las más grandes del mundo contemporáneo-, además descubrieron flora, fauna y locaciones jamás imaginadas.
Por otra parte los nativos descubrieron Europa en la figura de unos pocos centenares de españoles que llegaron y luego los vencieron. Se enfrentaban dos civilizaciones que hasta entonces se ignoraban por completo. En palabras del lingüista, filósofo e historiador Tzvetan Tódorov: Es el descubrimiento que el yo hace del otro.
La llegada de los españoles al continente que luego sería bautizado 'América' marcó un verdadero hito en la historia de la humanidad. A partir de entonces comenzó la integración de dos mundos que habían permanecido separados durante miles de años. Pero ese proceso implicó la conquista de las sociedades autóctonas americanas mediante la guerra y otras formas de violencia. Los resultados de ese proceso son de vital importancia para los latinoamericanos. Primero porque, como resultado de la conquista, las sociedades indígenas fueron desestructuradas y organizadas de la manera que más convenía a los intereses de sus dominadores. Segundo, porque los pueblos autóctonos sufrieron una catástrofe demográfica, de la que han tardado siglos en recuperarse. Tercero, porque la conquista y la colonización tuvieron un marcado impacto en el medio ambiente, de cuyas consecuencias también somos herederos.