El presidente Javier Milei fue tapa en el mundo por el escándalo con la criptomoneda $LIBRA, desatando opiniones de todos los colores en el ámbito político. Incluso en un mismo espacio como es Unidos en Santa Fe, con el gobernador Maximiliano Pullaro expresando que es un “disparate” hacerle un juicio político al primer mandatario y diputados socialistas (aliados políticos en la Provincia) como Fein y Paulón pensando todo lo contrario.

Independientemente del error garrafal presidencial a la hora de publicar esa información en sus redes sociales (al menos así lo cree el autor de esta nota), fue llamativo cómo espacios políticos que tienen un pasado oscuro, salieron a pedir “la cabeza” de Milei. Pero también periodistas o figuras del espectáculo que antes callaban con otros presidentes, hoy vociferan y piden a gritos el juicio político.

Silencio absoluto hizo el peronismo cuándo Cristina Fernández fue condenada por el delito de administración fraudulenta. Condena que le significó seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por el delito de fraude en el caso de la obra pública concedida al empresario Lázaro Báez en la provincia de Santa Cruz.

Pero no solo eso, la Sala IV de Casación también confirmó las condenas de Báez (6 años de prisión), del ex secretario de Obras Públicas José López (6 años), del ex titular de Dirección Nacional de Vialidad Nelson Periotti (6 años), y de los ex funcionarios del área de Vialidad de Santa Cruz Juan Carlos Villafañe (5 años), de Raúl Gilberto Pavesi (4 años y 6 meses), de José Raúl Santibañez (4 años), de Mauricio Collareda (4 años) y de Raúl Osvaldo Daruich (3 años y 6 meses). Los mismos fueron integrantes del kirchnerismo, ya sean políticos o empresarios amigos del poder.

Todos esos delitos cometidos, según la investigación, en los 12 años de gobierno entre Néstor y Cristina Kirchner con el uso del erario público. Creo que a la hora de pedir juicio político al actual presidente (mas allá que pueda merecerlo o no), el espacio justicialista debería mirar su pasado y no caer en el “olvido”.