Alberto Fernández protagonizó un papelón más en su etapa presidencial, mientras el gobierno se juega su futuro en el acuerdo con el FMI y una moneda ultra devaluada, él no tuvo mejor idea que ir a jugar un “picadito” en la playa de Mar de Ajó.

Pidió atajar y batió a duelo a unos chicos en tanda de penales. Como en la vida real, no pudo contener ningún disparo.

Hace una semana inauguró un teatrito de títeres en el Caribe y ahora se dedicó a ser arquero, mientras las cosas importantes toman su curso.