La crisis de la agroexportadora Vicentin, que se arrastra desde fines de 2019 cuando dejó impagos más de 1.300 millones de dólares, sumó este fin de semana un nuevo capítulo: el cierre de sus dos últimas plantas operativas, ubicadas en Ricardone y Avellaneda. La medida, anunciada por el directorio este sábado 5 de abril, pone en riesgo miles de puestos de trabajo y agrava la situación de la compañía, que desde hace más de cuatro años se encuentra en concurso preventivo de acreedores.

La empresa justificó la decisión por "la falta de contratos para procesar mercadería", en un contexto de crecientes dificultades financieras. Cabe recordar que anteriormente ya habían cesado las actividades de su planta en San Lorenzo, especializada en procesamiento de soja.

En paralelo, Gendarmería Nacional realizó allanamientos en Santa Fe y Buenos Aires en el marco de una causa que investiga delitos como asociación ilícita, fraude y estafa millonaria, que involucran a ex directivos de la firma.

A través de un comunicado, Vicentin afirmó haberse visto "obligada a ordenar el cierre seguro de todas las plantas en operación", describiéndolo como "una medida de protección de los activos" ante la falta de avances con potenciales inversores estratégicos. Si bien se mencionaron como responsables a Bunge, Viterra y ACA, la empresa también apuntó contra la Justicia, que desestimó el acuerdo concursal que contemplaba la participación de estas compañías en la reestructuración del holding.

Por otra parte, el directorio informó a través de una carta que no se abonarán los salarios correspondientes al mes de marzo.