Hoy 17 de agosto se cumple un nuevo aniversario del fallecimiento del general San Martín, por eso queremos recordar y repasar la vida del máximo protagonista de nuestra historia.

San Martín había nacido en Yapeyú, en la actual provincia de Corrientes, en 1778, pero a los 5 años se trasladó junto a su familia a España, donde en 1789, a los once años,  comenzó su carrera militar en el regimiento de Murcia, y a los trece ya participaba activamente en el frente de batalla.

Me detengo un segundo y me pregunto ¿Qué hacíamos nosotros a los once años? ¿Qué estamos haciendo ahora, con la edad que tenemos?

Al poco tiempo de iniciada su carrera militar, ya tomó parte activa en numerosos combates en España y en el Norte de África. Durante la guerra entre España y Francia, San Martín siendo muy joven tuvo una actuación destacada en todos los combates en los que participó, y ascendió rápidamente en sus grados militares hasta llegar al de segundo teniente, y más adelante alcanzar el grado de Teniente Coronel.

Sin embargo, aquel destacado militar no se olvidaba de sus orígenes, y al enterarse de los hechos de mayo de 1810, decidió pedir el retiro del ejército español para poner sus conocimientos y experiencia al servicio de la naciente revolución americana, se trasladó a Londres, donde tomó contacto con grupos revolucionarios que buscaban la liberación del continente americano y, en 1812, regresó a Buenos Aires. Una vez en suelo americano consiguió que le respeten su rango militar de Teniente Coronel y que le asignen la creación de un regimiento para custodiar las costas del Paraná, que estaban asoladas por los ataques de los españoles que venían desde Montevideo. Así nació el Regimiento de Granaderos a Caballo.

El primer combate del Regimiento de Granaderos a Caballo fue el combate de San Lorenzo, que además, con el tiempo se convirtió en el único combate de San Martín en territorio argentino.

A partir de ahí comenzó un frenético camino que culminó con la liberación de medio continente.

Hablamos de valientes, hablamos de protagonistas, y San Martin es uno de los mayores representantes de eso. Enormes son los valores que podemos destacar al estudiar su vida.

La convicción para dejar su vida en Europa y sus años de servicio en el ejército Español para venir a luchar por la liberación de este territorio enfrentándose, incluso, a quienes fueron sus compañeros de armas en España.

La valentía para afrontar todo tipo de desafíos, obstáculos y adversidades, llegando al punto máximo en el cruce de los Andes, quizás la mayor epopeya de nuestra historia, donde un San Martín en no muy buen estado de salud lideró al ejército y aseguró la liberación de tres países.

Y la sabiduría, para saber por qué causas luchar, para poder ver más allá, y tener un plan continental, mientras en el resto del territorio las luchas internas hacían perder el foco del objetivo principal.

Pero también destacar al San Martín padre, que educó a su hija con valores y máximas que todavía hoy recordamos, y al San Martín con convicciones, que prefirió irse y nunca volver, antes que involucrarse en los conflictos internos que en ese tiempo azotaban al país.

Esos son algunos de los desafíos a los que nos invita el recordar a San Martín, cuyo mayor legado, más allá de los logros militares, son sus valores y convicciones que debemos recordar y exaltar en estos tiempos de gran turbulencia política.