Cuando se presentó en la audiencia imputativa de este lunes, Alexis Oscar “Tato” o “Blanco” Romero, acusado como uno de los homicidas presuntos de Lorenzo “Jimi” Altamirano, la fiscalía le atribuyó una saga criminal que ya había sido ventilada semanas atrás durante la imputación al grupo conocido como “La Mafilia”, un nombre que, curiosamente, pertenece al universo de las letras del cumbiero L-Gante.

Romero, quien ya se encontraba en prisión, fue imputado por el fiscal Matías Edery como uno de los integrantes del grupo que, bajo las órdenes de los reclusos Leandro “Gordo” Vilches y Pablo Nicolás Camino, robó un vehículo y posteriormente secuestró al azar y mató a Jimi Altamirano en la noche del 1º de febrero frente al Coloso Marcelo Bielsa. Se trató de un asesinato vil en el que utilizaron un cuerpo como mensaje a los líderes de la barra brava leprosa, Leandro “Pollo” Vinardi y Damián “Toro” Escobar, ambos vinculados a Ariel “Guille” Cantero y retratados en una bandera desplegada por la barra en la despedida del ídolo Maxi Rodríguez.

En la audiencia, Edery también imputó a Daniel Mateo Bommer como partícipe del crimen y como miembro de la asociación ilícita. Bommer fue detenido días atrás en un centro de rehabilitación en la localidad bonaerense de Villa Bosch, donde se había refugiado después de que intentaran matarlo –o silenciarlo– tres días después del homicidio de Jimi.

El historial delictivo de Romero es extenso. Cuando fue detenido el pasado 22 de junio, tenía pedidos de captura por dos intentos de robo violentos en el barrio Belgrano. Durante ese arresto, su celular fue confiscado, y el peritaje reveló datos relevantes.

Además de los delitos mencionados, la Fiscalía también acusó a Romero de ser el responsable de un ataque mafioso ocurrido en San Lorenzo el 7 de mayo. Según la investigación, este ataque fue un encargo de Leandro Vilches, recluso del penal de Rawson, con quien Romero tenía trato directo. El asalto fue una represalia por el asesinato de Vicente del Valle Silvera, un hombre de 75 años muerto a tiros el día anterior, en un conflicto relacionado con el negocio del narcomenudeo en el Cordón Industrial.

Los fiscales cuentan con una grabación recuperada del propio celular de Romero, donde se escucha y observa cómo un grupo de encapuchados patea la puerta de un domicilio en Islas Malvinas al 3248, ingresa y dispara en un acto violento. Uno de los disparos impactó en el brazo derecho de Paola P.

Según los fiscales, Romero actuó como un sicario freelance o autónomo, ya que la evidencia sugiere que estos crímenes fueron encargados por Pablo Camino, socio de Vilches. En una conversación con una persona llamada Lore, Romero se jacta de haber cometido una serie de hechos criminales que atrajeron la atención mediática, y en un escalofriante intercambio, envía capturas de titulares de noticias y cierra la conversación con: “También me mandé la del velorio jajsj! Caímos a un velorio, matamos a un tipo y le dimos en la cabeza a una mujer embarazada jaja”.

El proceso judicial de Romero y los otros implicados continuará en los próximos días mientras se recopilan y analizan más pruebas para esclarecer los hechos y llevar a los responsables ante la justicia.