Se trata de un sanlorencino que trabaja en un puerto de la región. Fue a cobrar EL sueldo Y se encontró con el descuento mensual de Ganancias que puede ir desde el 9 al 35% según la persona. “El Gobierno cuando te quiere sacudir, te sacude” dijo al contar: “me descontaron 40 mil pesos”.

“Veo el recibo y me dan ganas de llorar”. El trabajador que percibe un bruto de $144.629,55 y una vez hechos los descuento termina cobrando $80.674,65; es decir, el 55,78% del total, se ve indignado por el descuento. De Imp. a las Ga se le descontó la exagerada suma $37.920,84. 

Además, para ilustrar el complicado panorama económico contó que tiene una deuda $10 mil de electricidad y una factura de agua por vencer de $6 mil, “pero al fin y al cabo son servicio y me brindan algo; me da bronca que el Gobierno se lleve mi plata líquida sin brindarme nada”. 

UN POCO DE HISTORIA

Originalmente fue llamado “impuesto al rédito”. Aplicado en Argentina en 1932 en la presidencia de Félix Uriburu de la mano de su ministro de Hacienda, Raúl Presbich, quien lo había visto en Australia. Solo afectaba a algunos bienes, empresas e inversiones financieras. No fue hasta la modificación de 1973, en el tercer gobierno de Perón, que el gravamen alcanzó a los trabajadores. 

HOY

El Impuesto a las Ganancias se le aplica a las personas solteras que ganan más de $55.261; a los casados que cobran más de $64.145 y a los casados con 2 hijos que perciben más de $73.104. Ya está confirmado que para el año 2021 los solteros comenzarán a pagar desde los $74.810.

Según datos de la AFIP, a septiembre de 2020, en comparación con el año anterior, la recaudación total aumentó un 43,7%; alcanzando los 606.508 millones de pesos. En ese total está incluido Ganancias que recaudó para el fisco un aumento de 44,1% respecto al mismo mes del año anterior, en pesos: $120.645 millones. La máquina de recaudación no para y se esfuerza por ganarle a la inflación. 

No hace falta demasiado razonamiento para darse cuenta que dicho impuesto desalienta la productividad y el enriquecimiento de la clase media. Los empleados, para no verse afectados por el gravamen deciden trabajar menos horas, no hacer horas extras, lo que significa para él mismo, menos sueldo, pero quizás más tiempo libre; (el argumento es simple, prefiero estar con mi familia que trabajar para el Estado). Y para la empresa significa menos producción y menos facturación. Es un círculo vicioso de pobreza donde todos pierden; hasta el mismo Estado de recaudar más, si se lo piensa un poco.