Funciones de la vitamina D y su importante papel en la pandemia
de Covid-19:

Salud ósea: la vitamina D participa en la salud de los huesos y dientes ​porque ayuda a fijar el calcio y el fósforo en los huesos, y prevenir el ​raquitismo, osteomalacia y osteoporosis que se caracterizan por ​deformación ósea, dolor y debilidad ósea y muscular, y mayor riesgo de ​fracturas.
Inmunorreguladora: la vitamina D mejora las defensas aumentando los
linfocitos T (células del sistema inmune que ayudan a combatir los virus).
Durante la pandemia de Covid-19 esta vitamina cobró relevancia porque
pone freno a la tormenta de citoquinas (descontrol inmunológico que
puede suceder durante la infección de Covid-19), y como consecuencia
reducir el riesgo de mortalidad en pacientes Covid positivos con valores
óptimos de vitamina D. Además algunos pacientes con COVID-19 tienen
síntomas neurológicos como pérdida del gusto y del olfato, dolores de cabeza, y la vitamina D al tener un efecto neuroprotector puede reducir
estos síntomas.
Microbiota intestinal (conjunto de bacterias que habitan nuestro intestino):
la vitamina D aumenta bacterias benéficas para la salud y reduce
bacterias patógenas, y además ayuda a la integridad de la barrera
intestinal y por ende a evitar el paso de patógenos o sustancias como el
gluten al torrente sanguíneo.
Función muscular y cardiovascular: al haber receptores de vitamina D en
músculos, venas/arterias y corazón esta vitamina influye en la entrada de
calcio, la relajación muscular y función cardíaca. La suplementación con
vitamina D no se asoció con menores riesgos de infarto de miocardio,
accidente cerebrovascular, mortalidad cardiovascular o mortalidad por
todas las causas.
Glicemia: ayuda a controlar los valores de azúcar en sangre porque
reduce la resistencia a la insulina por su efecto antiinflamatorio. La
suplementación con vitamina D podría ser eficaz para mejorar el control
glucémico en pacientes con diabetes tipo 2 con deficiencia de vitamina
D.
División celular normal: no existe suficiente evidencia científica que
corrobore que la vitamina D sea un agente anticancerígeno por sí solo,
aunque en estudios epidemiológicos se ha observado que unos niveles
adecuados de vitamina D se correlacionan con una menor incidencia de
cáncer.
Antidepresiva: porque mejora el receptor de la serotonina (el
neurotransmisor de la “felicidad”).

¿Cómo obtenemos vitamina D? Exposición solar y algunos alimentos fuente (ej: pescados grasos, yema de huevo y leche fortificada con vitamina D):

Podemos obtener vitamina D a través de la EXPOSICIÓN SOLAR. Gracias a los
rayos UVB del sol y el colesterol nuestra piel puede producir de forma natural
vitamina D. La cantidad de vitamina D que se produce por la exposición solar
es muy variable ya que depende de la época del año, tiempo de exposición al sol, cantidad de área corporal que exponemos al sol, tipo de piel, la edad y
el uso de protector solar. Existen controversias con respecto a la cantidad de
minutos que es necesario y seguro exponerse al sol para asegurar niveles
adecuados de vitamina D. Algunos recomiendan exponer al menos el 20% del
cuerpo al sol y sin nada de protector solar (un protector solar de factor 8 impide
la fabricación de la vitamina D en un 95 %) mínimo 3 día/semana durante unos
10 a 20 minutos en primavera-verano y unos 30 a 45 minutos durante el otoñoinvierno, otros hablan de que la toma debería ser diaria, pero aun así puede no ser suficiente el sol para lograr valores óptimos de esta vitamina porque existen otros factores que pueden reducir los niveles de vitamina D como el exceso de peso (cuanto más grasa haya en el cuerpo menor es el nivel de
vitamina D en sangre porque se “usa” como receptor en las células grasas),
enfermedades autoinmunes e inflamatorias. Es por esto que se recomienda
evaluar los niveles de vitamina D en sangre a través del análisis de sangre.
Aclaración: no hay que temerle al sol y su posible riego de cáncer de piel
(melanoma) siempre y cuando se haga por un tiempo corto (unos minutos) y
de forma sostenida. El melanoma está asociado principalmente a una
exposición solar intermitente o vacacional, es decir el riesgo aumenta cuando
estamos mucho tiempo al sol como suele suceder durante las vacaciones de
verano.
También podemos obtener vitamina D a través de algunos ALIMENTOS como

pescados grasos (como atún, caballa, salmón), yema de huevo y leche
fortificada con vitamina D. Pero incluso una alimentación variada no es
suficiente para lograr adecuados valores de vitamina D en sangre.

La importancia de medir valor de vitamina D en sangre y cuáles son
los valores óptimos de vitamina D:

Según el estudio publicado en 2014 por el doctor Félix Millán, el 49,7 % de la
población tiene niveles de vitamina D insuficientes. 

La falta de vitamina D puede causar raquitismo, osteomalacia u osteoporosis,
mayor riesgo de infecciones y enfermedades autoinmunes. Por esto y porque
puede no ser suficiente la exposición al sol es muy importante medir todos los
años al inicio o mediados de otoño el valor de vitamina D en sangre para
evaluar si es necesario la suplementación. Es muy importante pedirle al
médico/a de cabecera que le recete análisis de sangre que incluyan vitamina
D3 especialmente si sos joven porque es poco frecuente que los médicos/as
pidan esta vitamina, en mujeres menopaúsicas si suele ser de rutina.

Los valores óptimos de vitamina D3 (D-25-OH) están entre 40 y 100 ng/ml (idealmente 50 a 100 ng/ml), por más que los laboratorios propongan como valor óptimo 30 ng/ml porque el valor de 30 es para prevenir raquitismo, pero no alcanza para prevenir osteoporosis y fortalecer el sistema inmune.