Un avión de pasajeros de American Airlines colisionó en el aire con un helicóptero militar Blackhawk (H-60) y se estrelló en el río Potomac, en Washington D.C., informó la Administración Federal de Aviación (FAA). La aeronave del Ejército, con tres soldados a bordo, realizaba un ejercicio de entrenamiento cuando ocurrió el impacto.

El avión, un Bombardier CRJ700 operado por PSA Airlines para American Airlines, estaba en maniobras de aproximación al Aeropuerto Nacional Reagan con 60 pasajeros y 4 tripulantes a bordo. Entre los ocupantes había varios patinadores y entrenadores rusos, según confirmó la aerolínea. Equipos de rescate han recuperado al menos 18 cuerpos.

El vuelo había partido en la mañana del miércoles desde Wichita, Kansas, y tenía previsto aterrizar en la capital estadounidense por la noche. Tras el siniestro, considerado el accidente aéreo más grave en EE.UU. en 2009, las autoridades suspendieron todos los aterrizajes y despegues en el aeropuerto de Washington.

El presidente Donald Trump expresó sus condolencias en un mensaje oficial: “Me han informado detalladamente sobre el terrible accidente que acaba de ocurrir en el Aeropuerto Nacional Reagan. Que Dios bendiga sus almas. Gracias por el increíble trabajo que están haciendo nuestros socorristas”.

Los instantes previos al impacto

Según registros de control aéreo, minutos antes del choque, los controladores del aeropuerto Reagan preguntaron al piloto del avión comercial si podía aterrizar en una pista más corta. Se autorizó entonces la aproximación a la pista 33, y los datos de seguimiento muestran que la nave ajustó su ruta en consecuencia.

En simultáneo, menos de 30 segundos antes de la colisión, un controlador aéreo le preguntó al helicóptero si tenía a la vista al avión en aproximación. Luego, emitió una nueva instrucción por radio: “PAT 25, pase detrás del CRJ”. Instantes después, ambas aeronaves impactaron en el aire.

El transpondedor del avión dejó de transmitir a unos 730 metros (2.400 pies) de la pista, aproximadamente en la mitad del río. De inmediato, la torre de control comenzó a desviar otros vuelos que se dirigían al aeropuerto.

Edward Kelly, presidente general de la Asociación Internacional de Bomberos, informó que las operaciones de búsqueda y rescate continúan en la zona: “Están haciendo todo lo posible para poner a salvo a los sobrevivientes. Nuestras oraciones están con todos los afectados”.